Por qué puedes llegar a tardar 10 meses en volver a publicar…

Última publicación con pasión…

Última publicación con pasión…

“…A decir, verdad, ahora que he abierto noto el olor a “cerrado”. Que suerte sentir que parte de mí, afortunadamente, vuelve a volar…”

 

Hace exactamente eso, 10 meses, que no realizo ninguna publicación ad-hoc para compartir alguna actividad en redes sociales.

Pero el problema no era no publicar, sino que mis ganas de escribir (con texto o vídeo) se han  diluido como un azucarillo o el moreno postvacacional en octubre.

A nivel emocional me he sentido vacío, hastiado. Sin nada que decir que aporte, no valor, sino algo de chispa emocional para llegar a sentir que habrá  conexión lectora.

Un cocktail de circunstancias que todos los “realistas” de emprendedurías y creación de proyectos te advierten, pero que es difícil evitar.

Por orden de importancia según la proporción, os presento una manita de este bloody mary laburoemocional:

  1. Poli-autónomo hasta la médula: muchos sitios donde llegar y solo dos manos para crear. Pero os prometo que el punto aquí no es la cantidad de trabajo por manos, sino que personas con las que comencé a compartir viaje desaparecieran. Remar por cuatro no me cansa, verme solo cuando miro la parte de atrás de la barca, si que me “mata”.

  2. COVID: que os voy a contar, a pesar de las reinvenciones que hemos tenido que hacer en apenas 2 años. A pesar de que van por buen camino… Hay un poso, una cutícula, un algo de lo que no termino de desprenderme. Seguimos con símiles marinos: puedo zambullirme en medio del océano, pero hay unas anillas de un pack de refrescos que no me dejan bucear como quisiera. 

  3. Acciones exigentes: para muestras, botones. Como la realizada en el invierno del 20-21, que requirió un sobre esfuerzo para conseguir que una formación presencial se convirtiera en mixta. Ayudamos a cuatro personas aisladas a no perder sus meses de trabajo gracias a mantenerlas conectadas. Sobre esfuerzo con alto costo, pero asumible. No tan asumible ver el nivel de empatía de la gente (usuari@s y equipo técnico) que llega a ser entre cero y uno. Llover sobre mojado, vamos…

  4. Los Icebergs del “exito”: sipe, para llegar a tener un superproyecto de éxito hay miles de ilustraciones que muestran todo lo que hay debajo de la punta del iceberg. 

    En este punto, mi punta del iceberg era tener unos ingresos mensuales para que mi familia viva feliz y recuperar el retroceso generado por el parón COVID. 

    Claro, piensas que serás el próximo James Gandolfini de los autónomos facilitadores, y que el éxito aunque tarde, llegará: aquí está la zanahoria.

  5. La sobreactuación de la red IN y POST-COVID ha sido muy “bestia”. Tod@s intentando seguir los correctos manuales de marca personal o embajadores de marca,  superaciones, adaptabilidades, resiliencias, tik tokes, clubhouses, Pepis, Lucis y Bones… Buffffff, too much baby. 

    Una megagalaxia de acciones anti-paulocohelistas. Es decir, tienes suerte solo si trabajas como un animal. Teoría de la zanahoria self-made de toda la vida. Cierta en parte, pero no válida tal y como me la he planteado estos dos últimos cursos. 

    No digo que no haya entrado en el juego. No digo que mi equilibrio sea mejor que el de otros. Digo que estuve tres años surfeando (otra vez tocamos territorio Aquaman) antes del COVID y la red era más potable de lo que podamos tener ahora. 

    (ojo, por “éxito” no pienso en hacer el próximo Unicornio, sino en crear una tranquilidad económica para salir de vacaciones a menos de 100 km de casa y volver con tranquilidad para afrontar un septiembre escolar sin hacer más malabares que en un ex-trabajador/a del Circo du Soleil…)

Bien: momento abuelo cebolleta de “cualquier tiempo pasado fue mejor”, superado … Deciros que lo que sí que he salvado (y me ha salvado) ha sido tener ciertas prioridades claras.

Teo y Matilda, han estado en el centro de la aldea emocional en todo momento, vamos, la piedra Rossetta que traduce realidades para no volvernos tarumbas.

Otra cosa que nos ha ayudado es que NADIE de nuestro entorno cercano ha pasado por una situación dramática. Dura sí, pero no dramática. Esto sí que es la definición de lotería en la wikkipedia tal como está el patio, a día de hoy.

Aún con los “Cien años de Soledad poli-autónoma” y el resto de las 4 “pestes”, tener una persona a tu lado tan fuerte como la que he tenido te hace (incluso con el desgaste de pareja) tener MUCHA perspectiva. Mucha perspectiva. Sobre todo si eres capaz de reír como hemos reído en esos momentos “pico” (esta, con la que nos está cayendo con la luz, ya merecía la pena quitar símiles acuáticos…).

Y, en fin, como todo no se trata de decir sin hacer, en las próximas publicaciones voy a intentar hacer justicia con personas y entidades que se portaron muy, muy bien conmigo y que por esta atrofia “redemocional” no he reconocido como se merecen. Creo que aunque haya bastante acomulado, es más que merecido el esfuerzo.

Bueno, siento deciros… No, no hay moraleja, no hay gran lección, no hay vídeo en un minuto, infografía o gran frase motivacional para mostraros aprendizaje… Por no haber, no habrá ni el ¿Habéis sentido vosotr@s lo mismo?

Hay vida, familia, frustraciones, trabajo, pasiones, portazos, emociones… Sin más ánimo que abrir una ventana que llevaba 10 meses cerrada.

A decir, verdad, ahora que he abierto noto el olor a “cerrado”. Que suerte sentir que parte de mí, afortunadamente, vuelve a volar.


angel+

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